El primer tramo de la autovía de La Coruña fue durante la guerra civil española un frente de posiciones con los dos contendientes desplegados cara a cara en sus cunetas. Fue aquí donde el Ejército republicano del centro, en la primera quincena de abril de 1937, lanzó una decidida ofensiva contra la 1ª División de Madrid contraria.
El primer tramo de la autovía de La Coruña fue durante la guerra civil española un frente de posiciones con los dos contendientes desplegados cara a cara en sus cunetas. Fue aquí donde el Ejército republicano del centro, en la primera quincena de abril de 1937, lanzó una decidida ofensiva contra la 1ª División de Madrid contraria.
Entre las filas de esta última, y en el idílico paisaje conocido antaño como Cuesta de las Perdices, desplegaba la IV Bandera de la Legión, conocida como la del «Cristo de Lepanto» o la del «Cristo y la Virgen». Iba a ser una dura prueba de fuego para una de las unidades más curtidas del Tercio, muy distinguida en las campañas africanas, en la propia guerra incivil, en el Sáhara y aún hoy en las misiones de paz.
Su capellán Fernando de Huidobro, moriría precisamente en el transcurso de estas operaciones, causando honda conmoción entre los legionarios e inmerso desde entonces en un proceso de beatificación todavía vigente. Camino del centenario de la fundación de La Legión merece la pena hacer un repaso a su actuación en una contienda en la que sufriría 37.393 bajas, de ellas 7.645 caídos para siempre.