División Española de Voluntarios, División Azul, o lo que es igual, la unidad número 250 del Ejército alemán, donde quien siendo niño vivió la Guerra Civil, encontrará la madurez en el norte del frente ruso, sector del río Volchof-Nowgorod-lago Ilmen, después en el sector de Leningrado.
División Española de Voluntarios, División Azul, o lo que es igual, la unidad número 250 del Ejército alemán, donde quien siendo niño vivió la Guerra Civil, encontrará la madurez en el norte del frente ruso, sector del río Volchof-Nowgorod-lago Ilmen, después en el sector de Leningrado. Un largo viaje que arranca con la formación del III Batallón del Regimiento 263, formado en Zaragoza, y culmina en Rusia, hacia donde partirá la noche del 15 de julio de 1941. El soldado «140, Spain Div-11-III Bon R 263», según la chapa de identificación personal, atravesará con su unidad el Volchof y tendrá que defender con los suyos la cabeza de puente allí establecida. De la dureza del ataque da testimonio el que muchos de los integrantes de la unidad reposen para siempre en la tierra de Nitlikino. ¿Cómo fue preparada la División Azul? El alistamiento de los voluntarios, la salida para Rusia, las marchas a pie y el encuentro final, en más de 1200 km, con el pueblo ruso son descritos desde la experiencia del frente, de una guerra total. Los nombres de leyenda que los divisionarios fueron introduciendo en su lenguaje, Ilmen, Volchof, Podbereje, Teremez, cobran aquí vida. Y junto a ello, la bolsa rusa, el deshielo, la trinchera, el dolor, y Leningrado. Queda el regreso a España, un camino inverso recorriendo la Europa de entonces, de Nordeste a Suroeste, y una vuelta al frente por segunda vez. Quien fue divisionario mira hacia el futuro con esperanza y con fe, quizá los mismos ingredientes que la unidad número 250 llevó en su mochila.